Todos tenemos muchos destinos soñados. Y como son tantos, pero el tiempo no es siempre el suficiente, los profes nos han sorprendido con un viaje de fin de curso a Madrid, dónde pasamos tres días súper divertidos. Este viaje a Madrid ha sido un viaje irrepetible, teníamos mucho por descubrir, el primer día de este gran viaje ha sido impresionante.

Primero, fuimos a Segovia, Segovia es una ciudad histórica al noroeste de Madrid en la región de Castilla y León de España central. Allí fue donde hicimos una actividad para visitar esa gran ciudad. Nos dieron una hoja con varias preguntas, y con nuestro grupo y un profesor, teníamos varias cosas que hacer, cómo investigar sobre la catedral de Segovia (etc…)

Luego, en autobús, fuimos a visitar la residencia en la que nos íbamos a quedar los tres días, está ubicada en San Lorenzo Del Escorial, y es una residencia de nuestro colegio (Los Sagrados Corazones). Era muy grande, ya que tenía una sala donde hacíamos reuniones, también tenía comedor… He sentido mucha ilusión, ya que es muy bonito compartir todos esos grandes momentos con mis compañeros.

Después de que nos enseñaran la residencia,  fuimos a cenar, la cena estuvo muy rica. Nos dieron sopa, nuggets, empanadas, y de postre un helado de vainilla y chocolate. Todos cenamos con nuestros amigos y nos lo pasamos muy bien.

Finalmente, subimos a las habitaciones, nos dimos una ducha, nos cambiamos de ropa y bajamos al jardín, ya era de noche, pero jugamos a un juego llamado radar, el juego es muy fácil, ya que hay que ir agarrados en una fila y buscar una caja que nos habían escondido los profes, pero había que tener cuidado, ya que si te apuntaban con una linterna, tenías que volver a empezar. Fue muy divertido, mi equipo no encontró la caja, la cual tenía regalices, la encontró otro equipo. Pero cómo iban separados y no valía, nos dieron regalices a todos. Y una vez que terminamos el juego, nos lavamos los dientes, nos pusimos el pijama y muy cansados, después de ese largo e increíble día, nos fuimos a dormir. 

Uno de los tres días inolvidables.

Después del largo día de ayer, por fin, llegó el mejor día sin lugar a dudas. Madrugamos un poco, tomamos el desayuno y nos fuimos en bus desde la residencia en el escorial hasta el mejor parque de atracciones ¡La Warner!

Allí, desde el punto de encuentro (El demonio de Tanzania), nos fuimos por grupos a las atracciones de todo el parque. Aunque no todos nos montamos en lo mismo, pues algunos se quedaron más en Cartoon Village y otros nos fuimos a las atracciones más fuertes, nos lo pasamos en grande. En mi opinión una experiencia única.

También nos hicimos fotos con algún personaje característico de la Warner (Piolin, Lola Bunny…) y lo más importante, la comida para tener más fuerzas. Paramos en un restaurante de Bat Man para comer una hamburguesa, bien sola, con  queso o completa, acompañada de patatas fritas, agua o refresco.  Estaba muy rica a decir verdad.

Por la tarde, en un principio, los que quisiéramos podíamos ir a ver un espectáculo y si no seguir montandonos en las atracciones, pero como eran pocos los querían, no salió adelante y seguimos todos con el plan A, más atracciones.

Al final, pasamos por alguna que otra tienda para comprar un recuerdo del parque o un regalo para nuestros familiares y salimos un poquitín más tarde de lo previsto hasta ese momento.

De vuelta a la residencia, a pesar de estar reventados por todo lo vivido ese día y por los catorce km andados, todos veníamos a tope, gritando, cantando y con música. La mayoría de nosotros quedamos afónicos, contando los gritos de las atracciones y el granizado que la mayoría tomamos.

Una vez en el Escorial, cenamos, nos dimos una ducha rápida y nos cambiamos de ropa para lo más esperado, la guinda del pastel, ¡La Discoteca! 

Todos bien guapos bajamos a la sala de reunión, donde celebramos la fiesta. Allí bailamos, cantamos, comimos, reímos y disfrutamos todo lo posible esa vivencia tan especial.

A las doce y media de la noche acabamos la fiesta empezando un nuevo día, veintiuno de Abril.

Que no acabe nunca este inolvidable, único, divertido, alegre, especial y fantástico viaje de fin de curso.

Este día nos levantamos todos con energía tras una larga noche de descanso,pues el día anterior, el parque temático dejó sin fuerzas a todos y cada uno de nosotros.

Al igual que el día anterior, la primera actividad del día fue una pequeña reunión en una sala que nos aportó muy amablemente la residencia perteneciente a los Sagrados Corazones del Escorial, en la que nos alojábamos. En esta reunión simplemente se realizó un recuento de los alumnos y una pequeña reflexión del día anterior, junto a una oración.

Tras esto, nos dirigimos todos hacia el comedor para desayunar y coger energías para este gran día. La residencia nos ha aportado una buena alimentación durante el hospedaje, que ha mantenido bien nutridos a todos.

Después, caminamos con nuestros equipajes a la estación de autobuses, para realizar un recorrido hasta el estadio de fútbol Santiago Bernabéu. En su interior pudimos contemplar todos los ejemplares de trofeos que ha obtenido el Real Madrid. Además hemos observado tanto los trofeos futbolísticos, como los de baloncesto. Para continuar, tuvimos el privilegio de curiosear el campo de fútbol y de visitar la tienda oficial del Real Madrid, en la que hemos podido comprar algunos objetos caracterizados de este club.

Realizamos un divertido trayecto en autobús hasta llegar a nuestro próximo destino: el parque de Europa. Nos tomamos una fotografía en el primer monumento que encontramos nada más entrar en el parque, que fue la puerta de Brandenburgo; pues en este parque podemos encontrar representaciones de monumentos mundiales, entre ellos la plaza de España, con la puerta del sol; la Torre Eiffel; la puerta de Alcalá; el puente de Van Gogh…

Comimos en este parque un picnic que nos proporcionó previamente la residencia, antes de dejar el establecimiento. Este picnic contaba con dos emparedados, una botella de agua y una pieza de fruta. Durante este momento tuvimos unas increíbles vistas, ya que este parque cuenta con la mayor superficie verde de Madrid.

Con el hambre saciada nos dispusimos a pasear por los alrededores del parque, para poder mirar de cerca algunos de los monumentos que lo albergaban. A todos nos encantó este maravilloso lugar, pues sus árboles y flores lo hacían parecer mágico.

Durante el trayecto de regreso a nuestra comunidad autónoma, creímos oportuno realizar una parada en una gasolinera, que contaba con aseos y tienda de “snacks”, para que los alumnos pudieran comprar algunos aperitivos si era de su agrado hacerlo. Esta parada también nos sirvió como un descanso para continuar con nuestro trayecto media hora después de parar.

En el último trecho, aunque fuera el más largo y que por consiguiente creyéramos que sería el más aburrido, no lo fue en absoluto. Pues con la compañía de nuestros amigos todo es más fácil, y el poder realizar esta experiencia con todos y cada uno de ellos ha sido sin lugar a dudas lo más especial del viaje.

Al llegar a Cantabria, cada uno de nosotros se reencontró con sus familias, y a pesar de que les echáramos de menos, también nos entristeció que esta experiencia acabase, pues durante ella, nos hubiese gustado que fuera infinita.

Maura López

Giulietta Maulella

Nerea González

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